El color de las paredes de tu casa puede influir en tu estado de ánimo. Elige el que mejor se adapta a tu personalidad y a tu ritmo de vida con estos consejos.
A la hora de decorar nuestra casa, debemos prestarle especial atención al color de las paredes, el cual influye en el estado de ánimo. Cada color puede estimular diferentes emociones concretas por lo que es vital que pensemos bien de qué color pintar las paredes ya que nuestro hogar es el lugar donde vamos a pasar la gran mayoría del tiempo y debería ser siempre nuestro refugio, un lugar donde estemos cómodos y en calma.
Pregúntate cómo quieres sentirte en cada estancia de tu hogar y sigue estos consejos para decidir qué colores y tonos se adaptan más a ti.
BLANCO
El blanco es neutro. Da sensación de amplitud en la habitación y aporta más luz. Es el color indicado para quienes quieren que los muros pasen desapercibidos para después personalizar más la estancia con los muebles y otros elementos. Transmite tranquilidad, frescura y facilita la concentración, por lo que es el color idóneo para despachos.
VERDE
El verde transmite tranquilidad, confianza y bienestar. Se pueden usar tonos más suaves para el baño, lo que fomentará el confort y el relax en este lugar de la casa, así como la sensación de higiene. Pero es ideal para cualquier habitación. Es el color de la naturaleza y tiene cantidad de tonalidades, más vivas o más pastel. El verde lima o el pistacho son muy cálidos y transmiten frescura. El verde también se asocia a la salud y a la esperanza.
AZUL
El azul fomenta la armonía y la paz. Es muy relajante y perfecto para las personas con estrés. No obstante, es un color poco vivo que en exceso puede llevar a la pereza y la inapetencia. Aunque los azules intensos como el eléctrico pueden tener un efecto demasiado fuerte. Los azules pastel en los dormitorios van perfectos para las personas muy irritables. Los azules suaves también son ideales para el cuarto de baño.
ROJO
El rojo es el color de la pasión, la intimidad, la actividad, la furia. Puede producir sentimientos de agresividad así que se debe usar con precaución. Quizás no es el color idóneo para superficies grandes y lugares donde permanezcamos demasiado tiempo como los pasillos.
NARANJAS
El naranja es un color cálido y acogedor para el hogar. Perfecto para lograr un ambiente familiar en el salón o sala de estar. Además, tiene la ventaja añadida de ser bastante luminoso. Estimula la creatividad. Es un color fresco y alegre y combina genial con el blanco y maderas oscuras.
AMARILLOS
El amarillo es muy energético. Infunde vitalidad y favorece el optimismo por lo que las paredes de este color son idóneas para aquellos que estén pasando por duelo o depresión. Es un color muy alegre y luminoso, aunque hay tonalidades que pueden llegar a ser demasiado brillantes e intensas. Suele ser un buen color para la cocina.
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