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En Navidad solemos pensar en la decoración visual: el árbol, la mesa, las luces, los colores. Pero hay un elemento que transforma por completo la experiencia sensorial del hogar: el aroma. En interiorismo, el olfato tiene un rol clave porque conecta emociones, recuerdos y energía. Elegir la fragancia adecuada puede cambiar la atmósfera de un espacio y acompañar la intención con la que querés cerrar tu año.
Este 2025, las tendencias apuntan a aromas cálidos, naturales y con significado energético. Acá te comparto los cuatro principales y cómo incorporarlos de manera estética y coherente en tu decoración.

La canela es el aroma tradicional de la abundancia. Su nota cálida y especiada genera sensación de hogar y prosperidad. Es ideal para quienes quieren acompañar rituales de cierre de año o sumar una energía acogedora en el comedor. Podés integrarla con velas, atados decorativos o aceites esenciales cerca de la entrada.
La naranja se asocia a la alegría y la vitalidad. Es fresca, luminosa y perfecta para dar energía a los espacios sociales, especialmente si esperás invitados. Funciona muy bien en velas especiadas, sprays textiles o rodajas deshidratadas para decorar coronas y mesas.
El pino simboliza renovación y claridad. Es el aroma más representativo de la Navidad, pero también el más vinculado a los nuevos comienzos. Aporta limpieza energética y sensación de aire fresco. Podés sumarlo con difusores en el living o con velas verdes o blancas que acompañen una deco más natural.
La vainilla, por su parte, es sinónimo de armonía. Suave, cálida y contenedora, es ideal para crear ambientes relajados y afectivos. Va perfecto en dormitorios, mesas auxiliares o mezclada con notas cremosas para lograr una atmósfera más íntima.

A la hora de elegir tu aroma navideño, pensá cuál es la energía que querés que domine tu hogar: la abundancia de la canela, la alegría de la naranja, la renovación del pino o la armonía de la vainilla. También podés combinarlos para construir una narrativa sensorial coherente con tu estilo decorativo.